La casa de Bernarda Alba es una obra teatral escrita por Federico García Lorca en 1936, poco antes de su asesinato al inicio de la Guerra Civil Española. Considerada su última creación dramática, esta pieza cierra la trilogía de tragedias rurales iniciada con Bodas de sangre y continuada con Yerma. Ambientada en un pequeño pueblo andaluz, la obra retrata la vida de una familia femenina sometida a las estrictas normas sociales y morales de la época.
Contexto histórico y social
La España de los años treinta se caracterizaba por una sociedad profundamente conservadora, donde el rol de la mujer estaba limitado al ámbito doméstico y la obediencia era una virtud esencial. Lorca, influenciado por las tensiones sociales y políticas de su tiempo, utiliza esta obra para denunciar la opresión femenina y la hipocresía de las convenciones sociales.
Estructura y desarrollo de la obra
La obra se divide en tres actos, todos ellos desarrollados en el interior de la casa de Bernarda Alba, lo que refuerza la sensación de claustrofobia y encierro que viven sus habitantes.
Primer acto
Tras la muerte de su segundo esposo, Bernarda Alba, una mujer de 60 años, impone a sus cinco hijas un luto riguroso de ocho años, prohibiéndoles salir de casa y mantener contacto con el exterior. Esta decisión genera tensiones entre las hermanas, especialmente cuando se revela que Angustias, la hija mayor y única heredera de una considerable fortuna, está comprometida con Pepe el Romano, un joven del pueblo.
Segundo acto
La presencia de Pepe el Romano, aunque nunca aparece en escena, se convierte en el eje de los conflictos. Adela, la hija menor, mantiene una relación secreta con él, lo que despierta los celos de Martirio, otra de las hermanas. La tensión aumenta a medida que las rivalidades y resentimientos afloran, mientras Bernarda insiste en mantener las apariencias y el control absoluto sobre su familia.
Tercer acto
El clímax de la obra se alcanza cuando Martirio revela la relación entre Adela y Pepe. Bernarda, en un intento de preservar el honor familiar, dispara contra Pepe, aunque no logra herirlo. Al creer que su amante ha muerto, Adela se suicida. Bernarda, en su afán por mantener la reputación, proclama que su hija murió virgen y ordena silencio absoluto sobre lo ocurrido.
Personajes principales
- Bernarda Alba: Matriarca autoritaria que representa la rigidez moral y el control social.
- Angustias: Hija mayor, heredera de una fortuna, comprometida con Pepe el Romano.
- Magdalena: Segunda hija, resignada y melancólica.
- Amelia: Tercera hija, tímida y sumisa.
- Martirio: Cuarta hija, envidiosa y resentida.
- Adela: Hija menor, rebelde y apasionada.
- María Josefa: Madre de Bernarda, anciana que anhela libertad.
- La Poncia: Criada de confianza, observadora y crítica de la situación familiar.
- Pepe el Romano: Joven pretendiente, símbolo de deseo y conflicto.
Temas centrales
La opresión femenina
La obra expone la falta de libertad de las mujeres en una sociedad patriarcal, donde las decisiones son impuestas y los deseos personales reprimidos.
El honor y las apariencias
Bernarda se obsesiona con mantener la honra familiar, incluso a costa de la felicidad y la vida de sus hijas, reflejando la importancia desmedida de las apariencias en la sociedad.
El deseo y la represión
El deseo sexual, especialmente el de Adela, choca con las normas impuestas, generando un conflicto interno que desemboca en tragedia.
La autoridad y el poder
Bernarda ejerce un poder absoluto en su hogar, simbolizado por su bastón, que representa la tiranía y el control.
El silencio y la comunicación
El silencio impuesto por Bernarda es una herramienta de control, mientras que la falta de comunicación sincera entre los personajes contribuye al desenlace fatal.
Simbolismo en la obra
Lorca utiliza diversos símbolos para enriquecer el significado de la obra:
- El bastón de Bernarda: Representa su autoridad y tiranía.
- El color blanco de la casa: Simboliza la pureza y las apariencias, que se van deteriorando a lo largo de la obra.
- El calor sofocante: Refleja la tensión y el deseo reprimido.
- El caballo garañón: Metáfora del deseo sexual masculino y la libertad anhelada.
- La luna y las estrellas: Asociadas al deseo y la muerte.
Relevancia actual
A pesar de haber sido escrita en 1936, La casa de Bernarda Alba sigue siendo una obra vigente que invita a reflexionar sobre la opresión de género, la represión social y la búsqueda de libertad. Su representación de las dinámicas familiares y las tensiones entre tradición y deseo personal resuena en contextos contemporáneos, convirtiéndola en una pieza fundamental para entender las luchas sociales y personales en diferentes épocas.
La casa de Bernarda Alba es una obra que, a través de su estructura cerrada y su lenguaje simbólico, ofrece una crítica profunda a las estructuras sociales opresivas. La tragedia de Adela y sus hermanas no solo refleja una situación particular en la España rural, sino que también plantea preguntas universales sobre la libertad, el deseo y el poder. La maestría de Lorca en la construcción de personajes y en la utilización del simbolismo convierte a esta obra en una pieza clave del teatro moderno y en una herramienta poderosa para la reflexión social.



